Sunday, May 27, 2012

Es Memorial Day


Celebrando a los Combatientes

Es el preludio de Memorial Day, día de los ejércitos caídos  en las muchas batallas en que se ha visto envuelto los Estados Unidos de Norteamérica.



            Intento dormir aprovechando el fin de semana largo,  después de cansar mi  “ejercitado” cuerpo en una carrera de siete millas que inicio a las 6; 00 am., con temperatura de 73 grados Fahrenheit y un sol más que radiante.
Estoy extenuada. La noche anterior terminó a las 11:37 p.m., y comenzó con la aguerrida batalla, más callada que de costumbre más aislada y reflexiva que en días habituales. Nadie en el silencioso suburbio. No hay  vehículos, no hay transeúntes encaminándose a la parada del tren…nadie.

Dejo en libertad mi cabeza y todo lo que ella contenga.

Mi cuerpo no se resiste pese a las mínimas horas de descanso,  a una húmeda y calurosa temperatura. Al empezar me consuela pensar en la segunda parte de relajación para mi entero ser: regresar a la cama.
No he aprendido a no tener altas expectativas, ni he entendido que no todo resulta como lo quiere uno por más que me esfuerzo en practicar esta filosofía.

El calor al mediodía es de más de 80 grados, solo quiero dormir. Sin embargo el periódico del domingo resulta atractivo, así también respondo al llamado de uno de mis “juguetes” electrónicos, mi I Pad. El tiempo transcurre y mi I pad se ha convertido en mi compañera de sueño después de haber cumplido con su labor.

  Planeo dormir por lo menos dos horas.

 Es un  fin de semana largo gracias a la Conmemoración, me regocija el pensar que nada interrumpirá el plan porque no vendrá familia, ni amigos a reunirse en mi jardín para cocinar una parrillada, beber y platicar. Este día es solo para mí, desde la pasada tarde del viernes he vagado, socializado. Hoy, es solo mío.

Dormito por 15 minutos en el silencioso suburbio calificado por la gente de la ciudad,  como la típica área aislada donde la gente que se quiere apartar del bullicio de Chicago, reside,  sin embargo  hoy no es así, me despierta la algarabía de los vecinos quienes no coinciden con mi propia adaptación o adopción?,  hacia esta celebración.

Es Memorial Day,  se abren las  puertas del vecindario y todo lo que hay adentro de cada casa hasta atravesar sus jardines para continuar con el tradicional festejo, donde los niños celebran en las albercas el soleado día, anuncio y presagio del inicio de las altas temperaturas y fin de un prolongado encierro invernal, mientras que los adultos departen entre humo de asadores, hot dogs y hamburguesas.

 Mis expectativas sobre este día de los caídos ha fracasado y yo con ellos. Retomo mi periódico y cambio la estrategia para integrarme a la celebración hasta donde mi cuerpo lo permita.

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